¿Nos abandonamos a las circunstancias o construimos nuestro futuro?
- Daniel Alarcón
- 15 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 mar 2020
En estos tiempos pensar sobre el futuro puede ser una de esas tareas que queremos dejar para después, por lo difícil que puede resultar lograr algo diferente a lo que estamos acostumbrados (corrupción, deforestación, pobreza, etc).
¿Para qué pensar en el futuro cuando las cosas están tan mal o complicadas?
La respuesta a esta pregunta en mi opinión, es que DEBEMOS PENSAR EN EL FUTURO PARA CONSTRUIRNOS EL MEJOR QUE PODAMOS, ya llevamos mucho tiempo cediendo ante la inercia de las circunstancias y pensando, que alguien más debe ocuparse de nosotros.
Para comenzar y superar la realidad que nos inmoviliza, debemos buscar aquello que nos impulse e inspire para poder avanzar en la dirección correcta. Una vez escuche que para inspirar (elemento fundamental para ponerse en acción y objetivo principal de este escrito) algunas veces es bueno utilizar el trabajo de otros, así que en esta oportunidad quiero compartir con ustedes unas palabras de Michel Godet uno de los pensadores de la prospectiva voluntarista.
Él dice:
¿Cómo queremos que el mundo cambie? ¿Con nosotros, sin nosotros o contra nosotros? Solamente con hacernos la pregunta ya nos estamos inclinando a la respuesta. El futuro es algo muy nuestro, no nos lo dejemos arrebatar. Tener el dominio del cambio es ante todo una cuestión de voluntad y de capacidad para llevar a otros hacia un proyecto común. Lo que permite a los hombres escribir la historia de su época es el resultado de estas acciones individuales y colectivas sumidas en los torrentes de las tensiones socio económicas y la voluntad de las tempestades del azar.
La trayectoria de la historia nunca está predeterminada, siempre hay otras salidas diferentes. Si observamos el pasado, podremos siempre constatar que los hechos de la historia no eran inevitables sino que hubieran podido ocurrir de otra manera. Lo cierto es que ante cualquier situación siempre puede ocurrir lo mejor al igual que lo peor. Las sociedades modernas pueden escoger entre convertirse en Atenas sin esclavos o regresar a la barbarie.
Los sueños están ligados a la incertidumbre, se alimentan de ella y cuando la crean entonces la destruyen. Esta pareja dialéctica acaba con cualquier rastro de adivinación que haría del hombre un desesperado. La certidumbre absoluta del mañana seria la sentencia de muerte de la imaginación y acabaría con la fuerza de la voluntad.
La prospectiva es un mensaje de esperanza para todos lo que quieren tomar el destino en sus manos. Imaginar un porvenir diferente, es comenzar a cambiar el presente. El sueño hace fecunda la realidad. [1]
Espero haberlos hecho reflexionar al menos para que el día de mañana, cada uno en su trabajo o en sus actividades diarias, pueda aportar algo al cambio que queremos para nuestro futuro.
Recuerden que es mejor ENCENDER UNA VELA QUE MALDECIR A LA OSCURIDAD.
[1] MOJICA, FRANCISCO JOSE. La Construcción del futuro, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2005. p. 19
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